EL MIEDO PARALIZA
Entonces se paralizaron de miedo y dijeron: «¡Hemos visto que dos reyes no pudieron contra este hombre! ¿Qué podemos hacer nosotros?». (2 Reyes 10:4 NTV)
El temor es una emoción natural en todos los seres humanos.
Puede ser bueno o malo. Las tres reacciones más generales ante el miedo son: pelear, huir, o paralizarse.
Hay temores buenos, y hay temores malos. Por ejemplo, el temor a Dios es bueno, el temor al fuego es bueno porque nos detiene de quemarnos, no entramos silbando inocentemente a un cuarto incendiado y eso nos salva la vida.
Pero también hay miedos que nos paralizan y nos evitan alcanzar nuestras metas y sueños en esta vida. El temor al rechazo, el temor a la crítica, a la desaprobación, a ser mal interpretados, el temor al fracaso, el miedo a la escasez, etc.
Cuando discernimos que el miedo nos está parando de cumplir el propósito de Dios en nuestra vida, entonces debemos recordar algunos pasajes como estos.
Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”». (Josué 1:9 NTV)
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Tim. 1:7 RVC)
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! (Filip. 4:13 RVC)
Piénsalo:
¿Qué situación difícil necesitas confrontar?
¿Qué platica crucial has estado posponiendo por el temor?
¿Qué sueños has dejado a la mitad por temor?