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¿Por qué Dios tolera enemigos en nuestras vidas? 2

¿POR QUÉ DIOS TOLERA ENEMIGOS EN NUESTRAS VIDAS?
Parte II

Las siguientes naciones son las que el Señor dejó a salvo para poner a prueba a todos los israelitas que no habían participado en ninguna de las guerras de Canaán. Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir. (Jueces 3:1-2 NIV)

Dios no está preocupado por el enemigo, pues este ya está vencido y bajo nuestros pies, el Señor está interesado en nuestra madurez y obediencia; es por eso por lo que permite enemigos o batallas en nuestras vidas, para poder sacar lo mejor de nosotros.

1. Las luchas maduran nuestro carácter
Dios nos está preparando para entrar a la tierra prometida. Ya no debemos de cuestionar ¿Por qué tengo esta enfermedad? ¿Por qué me sigue molestando tal persona? ¿Por qué no tengo trabajo? Dios está haciendo algo en ti. No podemos entrar a la tierra prometida con una mentalidad de esclavitud, con una mentalidad que siempre está pecando por no saber pelear las batallas de la manera correcta; con una mentalidad que siempre pone excusas, etc.

Entre más rápido maduremos, más rápido venceremos a nuestros enemigos. Ya no debemos pelear contra las personas o contra el esposo(a), mejor luchemos contra el espíritu que está oprimiendo a la persona. (Efesios 6:12)

2. Las luchas prueban nuestra obediencia
Dios no está interesado en que lleguemos al cielo como niños espirituales, sino quiere que desarrollaremos los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23). 

Solamente los maduros pueden obedecer a Dios. Cuando nos falta madurez, Dios no nos puede confiar cosas mayores porque nuestro carácter no está preparado para asumir mayores responsabilidades en el reino. No podemos ser como los israelitas que constantemente por su inmadurez caían en idolatría y desobedecían a Dios. No podemos permitir que una nación enemiga o que un dios falso tome el lugar de Dios y que nos lleve a la desobediencia. Para poder ir a otro nivel o que Dios nos confíe más, necesitamos ser probados en nuestra obediencia.

El Señor dejó a estos pueblos con el fin de poner a prueba a los israelitas para ver si obedecían los mandatos que Él les había dado a sus antepasados por medio de Moisés. (Jueces 3:4)

Piénsalo:

¿Cómo has reaccionado ante las batallas que se te han presentado?
¿Los conflictos te han llevado a pecar?
¿Estás buscando más de Dios en medio de la batalla?

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