QUEMA LOS ARADOS
Entonces Eliseo regresó a donde estaban sus bueyes y los mató. Con la madera del arado hizo una fogata para asar la carne. Repartió la carne asada entre la gente del pueblo, y todos comieron. Después se fue con Elías como su ayudante. (1 Reyes 19:21 NTV)
Elíseo no regresó sólo a besar a sus padres, sino a asegurarse de que no volvería atrás.
1.- Mató “sus” dos bueyes. Se deshizo de sus herramientas de trabajo.
Sólo le quedaría una opción: Tener éxito en el ministerio o… tener éxito en el ministerio. No tendría a donde regresar cuando las cosas se pusieran duras en el ministerio por la crítica, cansancio, desilusión, traición, etc.
2.- Hizo fiesta.
3.- Alimentó al pueblo. Los ministros vivimos para alimentar a los hambrientos de Dios. Todavía hay muchos que claman porque alguien les predique. Matrimonios en crisis, jóvenes, profesionistas que quieren actuar íntegramente pero que no saben cómo.
4.- Sirvió al hombre de Dios. Proceso de Madurar. Recibió ánimo, corrección, etc.
Es necesario ser Fiel en lo poco para recibir lo mucho, ser fiel en lo ajeno para recibir lo propio. (Lucas 16:12)
5.- Recibió la doble porción. Agarró el manto y golpeó las aguas igual que su mentor. La gente lo miró y lo reconoció como alguien que había recibido la autoridad de Dios.
Cuadro: Eliseo parado frente a las aguas, con cicatrices, pero con autoridad, listo para conquistar el sueño de Dios para su vida, la asignación de Dios.
Entonces agarró su ropa y la rasgó en dos. Luego recogió el manto que se le había caído a Elías y, regresando a la orilla del Jordán, golpeó el agua con el manto y exclamó: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?» En cuanto golpeó el agua, el río se partió en dos, y Eliseo cruzó. Los profetas de Jericó, al verlo, exclamaron: «¡El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo!» Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, rostro en tierra. (2 Reyes 2:12-16)
Piénsalo:
¿De qué cosas te tienes que deshacer para asegurarte de no volver a atrás?
¿Qué punto necesitas aplicar para tener éxito en el llamado de Dios para tu vida?