INSTINTO
El instinto nos ayuda a no perder buenas oportunidades. Joab actuó por instinto y llegó a ser el comandante.
La experiencia nos ayuda a ir desarrollando un sexto sentido para hacer decisiones rápidas y acertadas.
Joab había practicado en batallas anteriores y rápido supo que ésta era una oportunidad que no podía dejar pasar y llegó a ser el comandante del ejército.
Hay cosas que Dios nos ha dicho que hagamos, pero no hemos accionado y hemos perdido grandes oportunidades. Otras veces hemos retrasado los planes de Dios para nuestra vida.
A veces no accionamos porque el temor nos embarga. Comenzamos a usar nuestro razonamiento y nos entretenemos haciendo cálculos con nuestra lógica. Pero hay cosas que sólo necesitamos hacerlas por Fe, por intuición, por obediencia a Dios y Él nos sorprenderá con los resultados.
Un bateador de béisbol no tiene tiempo para hacer cálculos. No puede darse el lujo de medir si la pelota que mide menos de tres pulgadas de diámetro viene contra el a 80 o 90 millas por hora. Ni siquiera puede esperar a ver con sus ojos si la pelota entrará en una esquina o en el centro del plato.
La retina se tarda una quinta parte de segundo para transmitir la imagen al cerebro. Si el bateador espera hacer todo esto, entonces ya habrá pasado la pelota. Los beisbolistas campeones batean usando el instinto hacia donde creen que la pelota irá. Por supuesto ese instinto no es automático, sino que lo han desarrollado con la práctica y disciplina.
Por ejemplo, el campeón George Shuba practicaba después de su trabajo y bateaba 600 veces cada noche, 4,200 cada semana. Hizo esto por 15 años. No era casualidad.
Tenemos que orar como que todo depende de Dios, pero también tenemos que trabajar como que todo depende de nosotros.
La práctica diaria desarrolla el instinto. La oración diaria desarrolla la unción y la relación con Dios.
Hay cosas que debemos hacer por instinto, pero nos hemos tardado a causa del miedo o el razonamiento y por tanto hemos retrasado los planes de Dios o perdido grandes oportunidades que ya no regresarán.
Piénsalo:
¿Qué es algo que ya Dios te dijo que hicieras y lo has retardado?
¿Qué es algo que Dios ya te dijo que pares de hacer?
¿Qué sabes que tienes que cambiar, pero te has resistido?