LA TRANSFORMACIÓN ES UN PROCESO
Así como María concibió al Espíritu Santo y dio a luz a Jesús, fue un proceso; no pasó de la noche a la mañana, tomó tiempo.
El proceso de transformación es de toda la vida y en cada temporada estamos traspasando etapas y siendo renovados como las águilas que no se cansan ni desmayan.
Así Dios nos lleva por un proceso de transformación para que cada día nos parezcamos más a Él.
Debemos confiar en el proceso, aunque duela, aunque nos cueste, pero debemos disponer nuestros corazones.
¡Aunque el proceso toma tiempo, se puede acelerar! La transformación es fácil cuando hay hambre y sed porque capta la atención de Dios.
Piénsalo:
¿Estás dispuesto a pasar el proceso, aunque no sea fácil?
¿Anhelas hacer la voluntad de Dios?
¿Qué estás haciendo para captar la atención de Dios?