CUANDO NOS SENTIMOS FUERTES
Cuando Roboam estaba fuerte y firmemente establecido, abandonó la ley del Señor y todo Israel lo siguió en este pecado. (2 Crónicas 12:1 NTV)
Cuando el rey Roboam se sintió que estaba fuerte se le ocurrió que podía seguir teniendo éxito sin la ayuda de Dios.
Hoy en día sucede lo mismo con nosotros los seres humanos. Por ejemplo, sucede frecuentemente que cuando una persona llega al éxito financiero, se vuelve orgullosa, pedante, corazón duro, comienza a descontrolarse en su vida y a darle rienda suelta a sus deseos carnales.
Estas personas embriagadas por su “éxito” dejan a un lado la idea de que Dios es primero en nuestra vida, pretenden hacerse un pequeño dios de sí mismos, comienzan a buscar más mujeres, más sexo ilícito, más poder, desprecian a la gente que va a la iglesia y la tildan como “fanáticos religiosos”, etc.
La enseñanza del día de hoy es: No debemos olvidarnos de Dios, sin importar cuanto éxito lleguemos a tener en las finanzas, el ministerio, la empresa, los deportes, etc.
Nunca debemos olvidar que somos lo que somos porque Dios nos hizo, y si desechamos a quien nos hizo, entonces no podremos continuar siendo lo que Él nos hizo.
Piénsalo:
¿En todo lo que haces dependes de Dios o de tus habilidades e inteligencia?
¿Has experimentado la diferencia entre tomar en cuenta a Dios y no hacerlo?
¿Qué puedes hacer para no abandonar a Dios cuando te sientes fuerte?