EL ASUNTO ESTÁ EN EL CORAZÓN
Pues sus lenguas lanzan mentiras como flechas envenenadas.
Dicen palabras amistosas a sus vecinos mientras en el corazón traman matarlos. (Jeremías 9:8 NTV)
Cuando el corazón está enfermo nuestras intenciones son malignas para con otras personas.
Podemos disimularlo con nuestras palabras por un tiempo, pero al final, saldrán las acciones malignas que son los verdaderos deseos que hay en nuestro corazón.
Comenzaremos a hablar palabras negativas, de crítica y comenzaremos a difamar, porque en realidad, nuestra boca habla de lo que hay en el corazón.
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45 RV60)
Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca. (Mat 12:34)
Nuestro corazón debe ser congruente con nuestras palabras. Debemos tener el corazón sano para que podamos hablar con integridad, para que podamos hablar palabras de bendición y edificación, y no de maldición. Si tu corazón está enfermo pídele perdón a Dios y pídele que lo limpie.
Pues sus lenguas lanzan mentiras como flechas envenenadas.
Dicen palabras amistosas a sus vecinos mientras en el corazón traman matarlos. (Jeremías 9:8 NTV)
Piénsalo:
¿Hablas más palabras de bendición o de maldición; palabras de fe o negativas?
¿Está tu corazón sano o enfermo?
¿Crees que necesitas perdonar a alguien para que tu corazón sea sano?
¿Le has pedido ayuda a Dios para que te llene de su amor?