Juntos conservamos energía – II

JUNTOS CONSERVAMOS ENERGÍA
Parte II

Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. (Hebreos 12:1 NTV)

Los problemas de la vida o las crisis que pasamos en la vida son como un peso que cargamos que nos desenfocan de nuestro propósito, y nos impide avanzar en la vida.
Ayer estuvimos aprendiendo dos cosas que tenemos que hacer para despojarnos de ese peso y hoy aprenderemos uno más.

¿Cómo nos despojamos de ese peso?

1. Siendo realistas. Aprenda como trabajan las emociones.  Tengamos expectativas reales. Una parte es lo que hace la iglesia por nosotros y las personas que nos ayudan, pero también está nuestra parte, nadie puede llenar nuestras expectativas y necesidades.  Es normal que nos sintamos tristes pues nadie va a quitar nuestro dolor, sólo Dios.

Aún María le reclamó a Jesús y Jesús mismo se sintió solo en algún momento.

Cuando María llegó y vio a Jesús, cayó a sus pies y dijo: —Señor, si tan sólo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. (Juan 11:32 NTV)
Luego, a las tres de la tarde, Jesús clamó con voz fuerte: «Eloi, Eloi, ¿lema sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? (Marcos 15:34 NTV)

Debemos de ser realistas cuando pasamos problemas, hay necesidades que tenemos que nadie puede llenar, sino, sólo Dios, por lo que nuestra parte es buscar a Dios.

Continuará….

Piénsalo:

¿Habías puesto altas expectativas en las personas?
¿Cuál es la parte que pueden hacer otros por ti?
¿Cuál es tu parte que te toca hacer a ti?
¿Estás buscando de Dios en oración y dependiendo de Él?