NO TODOS SON ENTERRADOS CON HONORES
Algunos son sepultados con honores y otros con indiferencia.
Todos vamos a morir y nuestros cuerpos serán puestos en un cementerio temporalmente, hasta que el Señor Jesucristo regrese. Pero, en ese momento de la sepultura no todos reciben honores. El pueblo se alegra cuando algunos mueren, pero otros son honrados por su aportación a la vida, son llorados porque eran personas en alta estima, estos son los que no sólo son recordados, sino que, son extrañados por lo que significaban para la comunidad, por lo que enriquecieron a su sociedad, a su familia, a su iglesia.
Estos son, los que llevan las marcas en su cuerpo de una vida en la que lucharon férreamente, pero no con espada, sino con el amor de Dios y con el fruto del Espíritu, no con ejército sino con armas poderosas en Dios, luchando por los indefensos, por el huérfano y la viuda, son los que vivieron para enriquecer a otros, aun cuando esto representó sacrificar algunos de sus deseos personales, son los que vivieron y serán los que viven diciendo: “El hacer tu voluntad, oh Señor, me ha agradado” (Salmos 40:8).
Estos son los que son sepultados con honores.
Piénsalo:
¿Cuándo mueras crees que se te extrañará por haber sido de bendición a esta tierra?
¿Qué has sacrificado con el propósito de enriquecer a otros?
¿Qué puedes comenzar a hacer para enriquecer a tu familia y a esta sociedad?