Las verdaderas riquezas

LAS VERDADERAS RIQUEZAS

—Maestro, ¡Mira estos magníficos edificios! Observa las impresionantes piedras en los muros.  Jesús respondió: —Sí, mira estos grandes edificios, pero serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra! (Marcos 13:1-2 NTV)

Todas las cosas materiales son pasajeras. Sólo hay dos seres en esta tierra que son eternos: Dios, y las personas.

A veces tendemos a valorar mucho las riquezas materiales, como, por ejemplo, el dinero, los carros, las casas, la fama y el poder; pero nada de esto representa las verdaderas riquezas.

No es malo tener bienes materiales, una casa cómoda y dejar una herencia monetaria para tus hijos; esto es parte de la bendición de Dios. Esto es parte de las riquezas, pero no son las verdaderas riquezas.

Hay algunas cosas que para mí son las verdaderas riquezas y que no pueden ser compradas con dinero.

Por ejemplo, un matrimonio saludable, un hogar lleno de paz, reír con mi esposa e hijas, divertirme con mi esposa en un vehículo motorizado ensuciándonos en el polvo de las dunas de arena en el desierto y luego reírnos el uno del otro; las riquezas verdaderas son una buena salud, los buenos amigos, la unción y el poder sobrenatural de Dios, los milagros y sanidades que suceden de manera continua en nuestra iglesia, etc.

Estas cosas no se pueden comprar con dinero. He visto personas que tienen el dinero, pero no pueden comprar estas cosas.

Podemos tener una casa grande y lujosa, pero no un hogar. Podemos tener una cama cara, pero no tener sueño ni descanso.

—Maestro, ¡mira estos magníficos edificios! Observa las impresionantes piedras en los muros.  Jesús respondió: —Sí, mira estos grandes edificios, pero serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra! (Marcos 13:1-2 NTV)

Piénsalo:

¿Qué es más importante para ti, tener una casa o un hogar?
¿Qué tan importante son para ti los bienes materiales?
¿Cuáles son las verdaderas riquezas que Dios te ha dado?