PARA MEMORIA DE ELLA
Estoy tratando de recordar haciéndome esta pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que hice algo sacrificial, algo que sea digno de poner en el libro de memorias?
Hay un libro de la vida en donde está escrito mi nombre y el de todos los que hemos aceptado a Jesucristo como Salvador personal. No necesito dar nada, ni hacer sacrificios para estar en este libro, sólo tengo que aceptar a Jesucristo.
Pero hay otro libro de memorias en donde sólo está escrito el nombre de aquellos que hicieron algo extraordinario, los que fueron la milla extra, quienes sacrificaron servicio y recursos, tales como tiempo, dinero y esfuerzo, y que lo hicieron con una buena actitud, una actitud generosa.
En este libro de memorias no están los llorones quejumbrosos que a la hora de dar algo lo hacen de mala gana. Aquí sólo están los que dan lo mejor con gusto y agradecimiento, voluntariamente y no por imposición, agradecidos y no llorones quejumbrosos.
Los tacaños criticaban a esta una mujer de la que habla Marcos 14:9, porque había dado a Jesús su mejor perfume, el más caro, en lugar de venderlo y sacarle alguna ganancia.
Pero Jesús les dice que ella sería recordada por muchos años más por causa de su actitud generosa.
De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. (Marcos 14:9 RV60)
Piénsalo:
¿Está tu nombre escrito sólo en el libro de la vida, o también en el libro de memorias?
¿Cuándo fue la última vez que tuviste una actitud generosa y desinteresada con alguien?
¿Será que ya es tiempo de que hagas algo sacrificial por alguien?