Site icon Pastor Guillermo Jiménez

No es tu culpa II

NO ES TU CULPA II

Ahora bien, el Señor le dijo a Samuel: —Ya has hecho suficiente duelo por Saúl (llorado). Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey. (1 Samuel 16:1 NTV)

Ayer estuvimos aprendiendo ¿Hasta dónde somos responsables de la crisis que causa las malas decisiones de otros?  Muchas veces nos va a doler mucho lo que otros hagan, pero no somos responsables, no es nuestra culpa, no podemos hacer nada al respecto. No podemos estar llorando todo el tiempo. Cada uno es responsable de sus acciones y decisiones, pero ¿Qué podemos hacer nosotros en estas situaciones?

1.Perdónate a ti mismo. Hay cosas que si hicimos mal, y por ello debemos perdonarnos. Ejemplo:
-Yo quemé la casa y mi madrastra sufrió graves quemaduras.
-De joven no fui el mejor padre.

Pero ahora cada quien es responsable de las decisiones que toma. El hijo decide si quiere ser alcohólico como su papá o no.

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. (1 Juan 2:1 RV60)

2. Ora por ellos. Ora por aquellos que no quieren cambiar y no te eches la culpa sobre tus hombros.
-No estás obligado a pagarle casa, comida, ropa, alcohol a alguien que no quiere cambiar.

3. Descansa en Dios. Entrega esas personas a Dios. Permite que Dios trate con ellos como lo hizo contigo.

4. Disfruta tu presente. Lo que tú si has hecho bien. Yo decidí venir a Cristo y cambiar mi vida. No debes perder tu gozo por los que rechazan la medicina, a Cristo.

5. Asiste a una CDP. Juntos podemos ayudarnos para ser libres de la culpa que no nos pertenece.

Ahora bien, el Señor le dijo a Samuel: —Ya has hecho suficiente duelo por Saúl (llorado). Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey. (1 Samuel 16:1 NTV)

Piénsalo:

¿Hasta dónde somos responsables de sufrir por las malas decisiones de otras personas que no quieren cambiar?
¿Qué culpas estabas cargando?
¿Qué cambios has hecho en Cristo?

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