ETIQUETAS DE VIP
Mis amados hermanos, ¿cómo pueden afirmar que tienen fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo si favorecen más a algunas personas que a otras? (Santiago 2:1 NTV)
Todos somos VIP (Very important person: Persona muy importante).
Es muy fácil caer en la tendencia de tratar mejor a algunas personas que a otras porque así lo promueven la televisión y las películas.
Vemos que el sistema de esta sociedad ofrece diferentes niveles de “estatus” y somos influenciados a hacer lo mismo.
Nos ponen etiquetas y nos dicen que podemos ser clientes “bronce, plata, oro, platino, etc.”
Nos ofrecen trato VIP si pagamos cierta cantidad por una membresía en la cadena de hoteles, en el club, o en el juego de basquetbol.
Al viajar en primera clase en un avión pareciera que nos tratan con un poquito más de amabilidad que si viajamos en clase económica.
Entiendo que quien paga más por un boleto de primera clase tiene derecho a un mejor asiento con más espacio y mejor comida porque está pagando por ello, pero creo que la amabilidad debe ser extendida a todos, el respeto y el trato digno hacia TODAS las personas debe ser el mismo.
Debo amar y tratar a otros como me gustaría ser tratado. Debo valorar a las personas sin importar su vestimenta o el vehículo que manejan.
Por supuesto, hacen bien cuando obedecen la ley suprema tal como aparece en las Escrituras: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»; pero si favorecen más a algunas personas que a otras, cometen pecado. Son culpables de violar la ley. (Santiago 2:8-9 NTV
Todo ser humano somos un VIP y Cristo lo demostró dando su vida por nosotros en la cruz. Las personas son más importantes que las cosas. Lo más importante son “Dios y las personas”.
Piénsalo:
¿Cómo he tratado a las diferentes personas últimamente?
¿Cómo he tratado a los niños, a los jóvenes, a los adultos, a los ricos y a los pobres, a los hombres y a las mujeres?