El pánico

EL PÁNICO
Los discípulos, al verlo caminar sobre el agua, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo:  (Marcos 6:49-50 NVI)

Las personas al llenarse de pánico en lugar de ver las bendiciones de Dios sólo ven las maldiciones. El pánico no nos deja ver todo lo bueno que Dios tiene para nosotros.

Dios nos dice: ¡Cálmense, Yo soy! Yo estoy contigo, no tengan miedo, te voy a sacar de donde te encuentras, te voy a sacar de la pobreza, del desánimo, del pánico, del abandono, de la angustia, de la ansiedad, etc. porque el Señor es quien nos da gozo y paz, Él es quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones cuando ya no tenemos esperanza, Él es el que nos da una palabra de aliento cuando más lo necesitamos.

Pon a Dios en medio de tu hogar, en el centro de tu corazón. Plántale semillas de fe a tus hijos, diles: “Este es el momento cuando ustedes van a ver la gloria de Dios”. Todas las crisis, las malas noticias se van a acabar y tú vas a acabar bendecido, y victorioso.

Pronto no vas a oír más las palabras de enfermedad, pues todo es temporal y va a pasar. Ya lo hemos superado antes y lo vamos a superar una vez más. Lo superaremos juntos, unidos con Dios y unidos entre nosotros. ¡No hay necesidad de pánico!

Dios nos necesita y debemos estar firmes y confiados. Tenemos una oportunidad de demostrarle al mundo que Dios está con nosotros. Sin Cristo en el corazón si hay razón para tener pánico.

Un mensaje de parte de Dios para sus hijos:

Díganles a los justos que a ellos les irá bien en todo. ¡Disfrutarán de la rica recompensa que se han ganado! (Isaías 3:10 NTV)

Piénsalo:

¿Cuáles son todas las bendiciones que Dios te ha dado?
¿Has puesto a Dios en el centro de tu vida y de tu familia?
¿Qué tipo de semillas has plantado en tus hijos con tus palabras, de fe o de pánico?
¿De qué manera le demostrarás al mundo que Dios está contigo?