Hay mucha gente con temor a que les quiten su trabajo, temor en cuanto sus finanzas, temor a lo que le diga su jefe, etc. esos son temores a los hombres, pero quien confía en el Señor sale bien librado.
¿La enfermedad te amedrenta? Cuando estás en paz con Dios no debe haber temor. No nos llenemos de temor. El temor paraliza, el temor anula la fe, el temor estorba los milagros, amarga el corazón, roba la felicidad en el matrimonio, te arruina el negocio que querías levantar, el temor te ciega para no ver la verdad, etc.
Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio. (1 Tim. 5:7)
Debemos de aprender a confiar en Dios, pues Él es nuestra salvación, Él es quien manda sus ángeles a cuidarnos, Él es nuestro proveedor y nada nos faltará, Él es nuestro sanador, etc. y si Dios está con nosotros ¿Quién contra nosotros?
Piénsalo:
¿A qué le temes?
¿Has dejado que el temor te robe la fe?
¿Conoces las promesas de Dios para tu vida?
¿Has puesto tu confianza en Dios?