Y VOLVIÓ A HABER GUERRA
Parte 2
Ayer hablamos de que hay ocasiones que vencimos una batalla y luego viene otra, y a veces esos problemas los vemos gigantes e imposibles de vencer. Debemos saber que si peleamos esas batallas en nuestras fuerzas nos vamos a quemar, no es con espada, no es con ejército, sino con su Santo Espíritu.
En medio de las batallas debemos aprender que:
1.- Los problemas son una guerra espiritual.
Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. (Efesios 6:12 NTV)
2.- Aprender a cambiar nuestra perspectiva. Cambiar nuestra actitud, pues los problemas son una oportunidad para ver a Dios obrando.
3.- Aprender que perder una batalla no significa perder la guerra. A veces tratamos de resolver un problema y no se solucionó, pero no nos tenemos que desanimar. Dios está en control de todas las cosas.
Si aprendemos a derrumbar gigantes, no con espada ni con ejército, sino con la ayuda del Espíritu de Dios, inspiraremos a otros a hacerlo. Nuestros hijos aprenderán a hacerlo de la misma manera.
Piénsalo:
¿Qué guerra espiritual te ha desgastado?
¿Cuál es tu actitud ante los problemas, negativa o de fe?
¿Has querido ganar una batalla en tus fuerzas o con la ayuda del Espíritu Santo?