Y volvió a haber guerra

Y VOLVIÓ A HABER GUERRA

Y volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; y era descendiente de los gigantes. Este hombre injurió a Israel, pero lo mató Jonatán, hijo de Simea hermano de David. Estos eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y de sus siervos. (1 Crónicas 20:6-8 RVR60)

¿Has sentido que has ganado una guerra y luego viene otra? ¿Te has sentido con problemas gigantes? A veces los problemas están feos y parecen gigantes ante nuestros ojos, parecen monstruos.

¿Qué debemos hacer cuando vienen las batallas?

1. Aprender que las batallas nunca se acaban.  Por ser cristianos no se acaban los problemas, sino que hay una manera diferente de enfrentarlos, pues sabemos que somos más que vencedores en Cristo Jesús. (Rom. 8:37) Hasta que Jesús venga de nuevo seguiremos siendo transformados, mientras tanto debemos aprender a vencer los problemas.

2. Aprender a madurar a través de ellas. ¿Qué has aprendido cuando fracasas? Te enseña humildad, a poner los pies sobre la tierra, y a madurar en carácter.
Dios está más interesado en nuestro carácter que en nuestra comodidad.

3. Hay que aprender a superar las batallas sin quemarnos. Superar los problemas en el matrimonio sin divorciarse, los problemas emocionales y financieros sin deprimirse, y sin matar a alguien. Tenemos que aprender a madurar mientras los arreglamos.

Y volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; y era descendiente de los gigantes. (1 Crónicas 20:6 RVR)

Piénsalo:

¿Qué batallas estás enfrentando?
¿Qué enseñanzas te han dejado los problemas?
¿Cuál es tu parte para minimizar el problema y no hacerlo más grande?