CUANDO SUFRIMOS SIN TENER CULPA
A veces sentimos que somos atacados o que sufrimos injustamente.
En ocasiones pagamos las consecuencias de los errores de otros y nos dan ganas de gritar y preguntar “¿Qué hice yo para merecer esto?”.
Al rey David le pasaba lo mismo pero nunca perdió su fe, siempre estuvo seguro en que Dios era su cimiento.
1. Estos son los momentos que tenemos que aferrarnos a nuestras CONVICCIONES y no a nuestras EMOCIONES.
2. Debo recordar que mi CONFIANZA está totalmente en Dios.
Yo confío en la protección del SEÑOR. Así que, ¿Por qué me dicen:«¡Vuela como un ave a las montañas para ponerte a salvo! Salmos 11:1 NTV)
3. Debo recordar que la venganza le pertenece al Señor y descansar en la JUSTICIA Dios.
Piénsalo:
¿Cómo has reaccionado cuando te atacan injustamente?
¿Has dejado que esto desestabilice tus emociones o te has mantenido firme en tus convicciones?
¿Has dejado que Dios sea el que haga justicia o te has querido vengar?