LAS AGUAS DEL ESPÍRITU DE DIOS
SACAN LA AMARGURA DEL CORAZÓN
Hay cosas en nuestra vida que estaban saladas y sin vida, pero cuando venimos al Señor recobraron vida.
En ocasiones nuestras emociones están enfermas, tóxicas, saladas y amargas; pero, cuando el Espíritu de Dios nos llena son sanadas.
Quizás antes éramos personas amargadas y antisociales, pero al venir a Cristo nos llenó con las aguas de su Espíritu y nos volvió personas puras y dulces.
Piénsalo:
¿Qué cosas hay en tu vida saladas y sin vida que necesitas traer a Dios?
¿Tus emociones ya han sido sanadas por el Espíritu de Dios?
¿Ya dejaste que las aguas del Espíritu cambien la amargura en algo dulce en tu persona?