COMER MENOS GRASA
»Nunca deberás comer grasa ni sangre. Esta es una ley perpetua para ti que debe cumplirse de generación en generación, dondequiera que vivas». (Levítico 3:17 NTV)
¡Que sabio es Dios!
Él ya sabía cómo prevenir el colesterol alto y enfermedades asociadas con el exceso de grasa antes de que los médicos lo recomendaran hoy día.
Independientemente de la aplicación teológica que este versículo pueda tener en su contexto, a mí me pareció bien aplicarlo a mi vida de una forma práctica, recordándome que debo moderar las cantidades de grasa que ingiero para así cuidar mi cuerpo, que es templo del Espíritu Santo.
Así que menos grasas de carne roja y más grasas saludables de salmón y otros tipos de peces.
»Nunca deberás comer grasa ni sangre. Esta es una ley perpetua para ti que debe cumplirse de generación en generación, dondequiera que vivas». (Levítico 3:17 NTV)
Piénsalo:
¿Estás cuidando el templo del Espíritu Santo?
¿Por qué crees que es importante cuidar tu templo (cuerpo)?