NO ES COMPETENCIA
Este versículo produjo mucha gratitud en mi corazón porque Dios me ha permitido vivir para ser su ministro, para hacer lo que muchos quizás quisieran pero que por alguna razón no se los permitió.
Para mí es un privilegio el ser pastor, el que Dios me haya confiado que su perfecta Palabra pase por mi mente y mi boca imperfectas para ser de bendición a las personas.
Para mí es un privilegio que el Señor haya confiado en mí después de haber tenido una juventud no tan ideal.
No se trata de los más perfectos y santos.
No se trata de competencia, ni del que empuja y trata de correr, sino del que Dios llama y tiene misericordia.
Algunos quieren predicar y liderar por contención y competencia, no con sinceridad, pero otros lo quieren hacer por amor.
Piénsalo:
¿Qué privilegio te ha confiado Dios?
¿Lo que haces para Dios lo estás haciendo con amor?
¿Qué es lo que te mueve para servir a Dios?