NO ES LO MISMO LA CRUZ IMPUESTA Y LA VOLUNTARIA
Una cosa es que me obliguen a cargar una cruz, y otra, que yo voluntariamente decida llevar mi cruz.
A nadie le gusta que le impongan hacer ciertas cosas. Así no se disfruta la vida. Se vuelve pesada, monótona, irritable, etc.
Señor muéstrame tus caminos y asegúrame que tú estás conmigo y yo me atreveré a hacer cualquier cosa que tú me pidas.
¡Tengo visión de Reino, vivo con propósito, estoy emocionado con la misión que me has asignado, estoy viviendo los mejores días de mi vida y sé que otros mejores vendrán!
Piénsalo:
¿Te sientes como obligado de seguir a Jesús o lo estás haciendo voluntariamente?
¿Estás disponible para hacer lo que Dios te pida que hagas?
¿Estás viviendo con propósito? ¿Qué produce eso en ti?