Yo también soy su hijo amado

YO TAMBIÉN SOY SU HIJO AMADO

Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo amado, quien me da un gran gozo». (Mateo 3:17 NTV)

Considero que la mayoría de las personas en el mundo no tenemos la revelación de cuánto nos ama Dios.
Cuando sabemos que somos amados nos sentimos más seguros, tenemos una identidad saludable, somos más generosos, más pacientes, tratamos a otras personas con el mismo amor que mana de nosotros mismos, no nos sentimos amenazados por los éxitos de otros, etc., etc.

La falta de revelación del amor de Dios es la causa de tanto sufrimiento en la tierra. Es la razón de tanta violencia entre naciones, razas, familias, iglesias, entre los de más dinero y los de menos dinero, entre un vecino y otro, etc.

No asimilar con certeza lo que significa que cada uno de nosotros somos “sus hijos amados” es la causa de violaciones, incestos, violencia doméstica, adulterios, mentiras, envidias, etc.

Oh, Señor si tan solo supiéramos cuánto nos amas…
No necesitaríamos hacer nada para ser amados, pues ya somos amados.
No necesitaríamos probar nuestro valor a nadie, sabríamos quiénes somos.
No nos afectaría la opinión ofensiva de otras personas tóxicas, sabríamos que “somos amados”.

Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo amado, quien me da un gran gozo». (Mateo 3:17 NTV)

Piénsalo:

¿Te sientes amado por Dios?
¿Qué produce en ti el sentirte amado por Dios?
¿De qué manera te afectan las ofensas de los demás?