MI BOCA TIENE PODER
Lo que expreso con mis labios tiene mucho poder. Por eso, debo cuidar cómo me expreso. La boca habla lo que tenemos en el corazón. Puede hablar con expresiones que edifican o que destruyen.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.(Prov. 4:23 RV60)
Si yo me levanto por la mañana diciéndole a alguien que me siento cansado, triste, deprimido, rechazado, amargado; entonces, lo más probable es que el resto del día será fastidioso e improductivo, y atraeré a personas negativas. Mi boca lo declaró y eso es lo que obtendré.
Por otro lado, tendré un excelente día si me levanto por la mañana diciendo palabras como:
-“¡Me siento bien emocionado!”
-“Tengo una mente fuerte y resuelta”,
-“Mis emociones están estables y saludables”,
-“Mi fe es fuerte y resuelta”,
-“¡Estoy emocionado con la vida!”,
-“¡Estoy viviendo mis mejores días!”,
-“Siento que este día vendrán a mí personas y recursos asignados por Dios para ayudarme para cumplir mi misión”.
-“El Señor cumplirá su propósito en mí este día”. (Salm. 138:8)
-“El día de hoy el casco de la salvación protege mis pensamientos de la negatividad y la perversidad; la verdad protegerá mi integridad; la justicia protegerá mi reputación; el calzado del evangelio dirigirá mis pasos en el propósito de Dios; el escudo de la fe me asegura mi futuro y mi destino; y la espada del espíritu me otorga autoridad y dominio. (Efe. 6:17) por lo tanto, este día caminaré en victoria, avanzaré, prosperaré, progresaré, seré eficiente, productivo, y seré de bendición a otros”.
Piénsalo:
¿Qué es lo que sueles declarar sobre tu día cada mañana?
¿Sueles destruir o edificar a otros con tus palabras?
¿Qué necesitas cambiar en tu manera de hablar?