¿IMPORTA QUIÉN ME ENSEÑÓ A CAMINAR?
Parte 1
1. Yo te enseñe a caminar. “Yo mismo le enseñé a Israel a caminar”… (Oseas 11:3 NTV)
Esta parte me habla del cuidado que Dios siempre ha tenido de nosotros desde nuestra niñez.
Nacimos por propósito de Dios, no somos un accidente, y por lo tanto, Él se ha encargado de cuidarnos a través de toda nuestra vida esperando que cumplamos nuestra asignación.
2. Llevándote de la mano. “Yo mismo le enseñé… llevándolo de la mano”… (Oseas 11:3 NTV). Esto me habla de discipulado, me habla de seguridad.
Él me lleva de la mano en la vida, no me deja caer si tropiezo (“porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse”. Prov. 24:16).
Él me lleva de la mano y me guía en mi vida espiritual, me da instrucciones en la familia, en mis negocios, en el ministerio, en mis relaciones, etc.
Continuará…
Piénsalo:
¿Has estado consiente de que ha sido Dios quien te ha cuidado desde niño?
¿Sabías que Dios no te suelta de Su mano?
¿Qué causa en ti estos dos puntos?