“MACHACADOS”
1. Las lámparas.
El aceite era lo que mantenía las lámparas encendidas para que hubiera luz continuamente. Pero, no era cualquier aceite, tenía que ser aceite puro.
2. El aceite.
El problema es que, para obtener aceite puro se necesita machacar o prensar las olivas.
Eso me hace pensar que nosotros a veces nos sentimos machacados y prensados por la vida, pero también me recuerda que esas pruebas producen aceite puro en mí.
La humillación me purifica, la humillación me hace sentirme “prensado y machacado”; pero, a la misma vez eso me purifica y me hace dar más luz en mi familia, en mi iglesia, mi trabajo, y en la escuela. Me hace mejor ser humano, mejor pastor, mejor empleador, etc.
3. Continuidad.
A veces digo: “¡Hay Señor, otro problema! ¿Hasta cuándo?”.
Pero, entiendo que soy machacado continuamente para mantenerme purificado continuamente, y para dar luz continuamente.
Piénsalo:
¿Te has sentido “machacado” en algún momento?
¿Qué ha producido en ti ese proceso?
¿Por qué crees que es necesario continuamente mantenerse humillado?