POR FE, NO POR VISTA
Pablo había aprendido a vivir animado por sus convicciones, y no desanimado por sus circunstancias.
En este mundo experimentaremos situaciones frustrantes y es necesario usar nuestra fe para ver más allá de los problemas.
Encontraremos gente grosera y rechazo, pero no debemos enfocarnos en ellos, sino debemos recordar el amor incondicional de Dios.
Enfrentaremos un problema que parece gigante, pero nuestra fe nos ayudará a seguir adelante.
Recordemos las promesas de Dios en la Biblia: Él es nuestro sanador, Él es nuestro proveedor, Él es nuestro defensor.
La fe nos ayuda a recordar los milagros que Dios ha hecho en el pasado y a creer que Dios lo hará otra vez.
Vivir por fe no significa que no tendremos temores, sino que caminaremos aún a pesar de los temores.
Vivir por fe es cuando no nos damos por vencidos por lo que vemos en el presente, y nos animamos por lo que vemos por fe en nuestro futuro.
Vivir por fe es entender que un problema no es el final de mi película.
Vivir por fe es caminar fijando mis ojos en un futuro bendecido, brillante, de victoria, triunfante, con salud, con familia, con abundancia, con amigos, con gozo, etc.
Piénsalo:
¿Te mueves por convicciones o por tus circunstancias?
¿Sueles enfocarte en el problema o en las promesas de Dios?
¿De qué manera te ha ayudado el tener fe?