Lo que no me cuesta, no me transforma

LO QUE NO ME CUESTA, NO ME TRANSFORMA

Pero el rey David le respondió a Arauna:
—No, sino que insisto en comprarla por el precio total. No tomaré lo que es tuyo para dárselo al SEÑOR. ¡No presentaré ofrendas quemadas que no me hayan costado nada!  (1 Crónicas 21:24 NTV)

Lo que no me cuesta no tiene poder para transformarme.

1. Hay algo que es transformado en mí cuando me despojo de algo significativo para dárselo a Dios.
Me estoy probando a mí mismo, estoy probando mi fe.
Algo muere en mi carne y algo se fortalece en mi espíritu.
La confianza en las cosas materiales y temporales se debilita, pero la confianza en Dios se fortalece.
Mis convicciones en Dios se fortalecen.
De pronto, Dios es más tangible en mi vida.

2. En lo que invierto mi dinero, mi tiempo, mis fuerzas y mis recursos, prueba lo que es importante para mí.

Pero el rey David le respondió a Arauna:
—No, sino que insisto en comprarla por el precio total. No tomaré lo que es tuyo para dárselo al SEÑOR. ¡No presentaré ofrendas quemadas que no me hayan costado nada(1 Crónicas 21:24 NTV)

Piénsalo:
¿Qué transformación has experimentado en tu vida al darle algo significativo a Dios?
¿Por qué crees que Dios se merece lo mejor?
¿Es Dios lo más importante para ti? ¿En qué mayormente inviertes tu tiempo, dinero y esfuerzo?