LOS DERECHOS PUEDEN CAMBIAR DE MANOS
Aquí puedo ver dos cosas en este pasaje:
La primera parte es negativa, porque puedo perder la bendición y la herencia por causa de mi desobediencia y pecado.
Pero la segunda es positiva, y es que también por mi obediencia puedo ganar la herencia y la bendición que le tocaba otro.
El mal administrador frecuentemente perderá lo poco que se le ha confiado, y al buen administrador siempre se le dará lo que otros pierden; el diligente siempre tendrá más.
Señor, dame la gracia para mantenerme lejos de pecar contra ti, consciente, voluntaria, y deliberadamente.
Quiero valorar, apreciar, y guardar las bendiciones que tú me has confiado en esta tierra, y no quiero perderlas por un acto de rebeldía deliberado de mi parte.
Señor, oro también para que me tengas la confianza de darme y confiarme las herencias que otros han despreciado, la unción, los milagros, señales, prodigios, maravillas, las finanzas, las verdaderas riquezas, las almas y los discípulos, etc.
Piénsalo:
¿Estás viviendo en obediencia o desobediencia a Dios?
¿Has perdido algo que se te ha confiado o lo has multiplicado?
¿Aprecias las bendiciones que Dios te ha dado o las has despreciado?