Una tendencia natural
Es una tendencia natural del ser humano olvidar a Dios cuando todo va bien. Cuando enfrentamos dificultades o sufrimos, solemos buscar a Dios casi de manera automática, orando, asistiendo al templo, y relacionándonos con personas que comparten nuestra fe. Sin embargo, cuando disfrutamos de abundancia, dinero, y comodidades, parece que la necesidad de mantenernos cerca de Dios se desvanece. La prosperidad puede engañarnos haciéndonos pensar que ya no dependemos de Él.
- La prosperidad puede alejarnos de Dios:
A menudo, cuando experimentamos tiempos de abundancia, olvidamos que es Dios quien nos da todas las bendiciones. En Oseas 10:1, vemos cómo Israel, mientras más se enriquecía, más se alejaba de Dios, construyendo altares paganos. La comodidad y el éxito no deberían hacernos olvidar que todo lo que tenemos viene de Él. - La importancia de depender siempre de Dios:
Reconocer que todo lo que somos y tenemos proviene de Dios es clave para mantenernos cerca de Él. Recordar que Dios es la fuente de todas nuestras bendiciones nos ayuda a vivir en constante gratitud y dependencia. No debemos permitir que las bendiciones nos hagan olvidar al Dador de esas bendiciones.
“Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios.” (Salmo 103) - El peligro del orgullo y la arrogancia:
El orgullo puede llevarnos a la destrucción. Proverbios 16:18 nos advierte que el orgullo y la arrogancia preceden a la caída. Por lo tanto, debemos mantener un corazón humilde, reconociendo siempre que sin Dios no somos nada. La humildad es esencial para caminar en la dirección correcta y evitar el alejamiento de Dios. - Disfrutar las bendiciones sin idolatrarlas:
Dios nos permite disfrutar de las bendiciones, pero debemos recordar que no debemos idolatrarlas ni permitir que ocupen el lugar de Dios en nuestro corazón. Él debe tener siempre el primer lugar en nuestra vida. Como dice Proverbios 10:22, la bendición del Señor enriquece sin añadir tristeza. Podemos disfrutar de lo que Dios nos da, sin permitir que esas bendiciones se conviertan en nuestra prioridad.
Piénsalo:
- ¿Has notado que es más fácil acercarte a Dios en los momentos de dificultad que en los tiempos de abundancia?
- ¿Cómo puedes mantener una actitud de dependencia y gratitud hacia Dios, incluso en los tiempos de prosperidad?
- ¿Qué pasos puedes tomar hoy para asegurarte de que Dios siga siendo el primer lugar en tu vida?