Bajó de su Trono

Bajó de su Trono

“Cuando el rey de Nínive oyó lo que Jonás decía, bajó de su trono y se quitó sus vestiduras reales. Se vistió de tela áspera y se sentó sobre un montón de cenizas.” Jonás 3:6 (NTV)

Este pasaje nos presenta una poderosa lección de humildad y liderazgo. El rey de Nínive, un líder poderoso, tuvo la valentía y la sabiduría de reconocer su error, escuchar la voz de Dios y guiar a su pueblo hacia el arrepentimiento. Para los líderes, esta actitud es crucial: saber cuándo liderar con autoridad y cuándo bajar del “trono” para aprender, reflexionar y cambiar.
Lecciones del liderazgo humilde:

  1. La humildad para reconocer los errores.
    • El rey de Nínive no se aferró a su posición de poder. Bajó de su trono, reconociendo que él y su pueblo habían fallado.
    • Como líderes, debemos estar dispuestos a aceptar que no somos perfectos y que hay momentos en los que necesitamos corrección.
  2. La capacidad de escuchar la voz de Dios.
    • El rey escuchó el mensaje de Jonás y lo reconoció como palabra de Dios. Esto requiere sensibilidad y humildad para discernir lo que Dios está diciendo a través de otros, incluso cuando el mensaje es incómodo.
    • Aplicación: Mantener un corazón abierto a la corrección divina, ya sea a través de la Escritura, otras personas o circunstancias.
  3. La sabiduría para guiar con cambios.
    • No solo reconoció su error, sino que lideró a su pueblo hacia la acción. Llamó a un ayuno y al arrepentimiento, mostrando que el verdadero liderazgo implica dirigir hacia la corrección y restauración.
    • Un líder humilde no teme hacer ajustes necesarios para el bienestar de su equipo, familia u organización.
  4. El balance entre autoridad y humildad.
    • Liderar no significa siempre estar “en control” desde el trono. Hay momentos para tomar decisiones firmes y otros para bajar, escuchar, aprender y ser enseñable.
    • Aplicación: Evaluar constantemente si estamos liderando con equilibrio entre autoridad y humildad.

Oración:
“Señor, dame la sabiduría para saber cuándo debo sentarme en el trono para liderar y cuándo debo bajarme para escuchar, aprender y hacer los cambios necesarios. No permitas que el orgullo, la terquedad o la ceguera me lleven a dañar a quienes has puesto bajo mi liderazgo. Dame un corazón humilde y enseñable.”

“Cuando el rey de Nínive oyó lo que Jonás decía, bajó de su trono y se quitó sus vestiduras reales. Se vistió de tela áspera y se sentó sobre un montón de cenizas.” Jonás 3:6 (NTV)

Piénsalo:

  • ¿Cómo manejas las correcciones y los cambios en tu liderazgo?
  • ¿Estás dispuesto a bajar del “trono” para escuchar la voz de Dios y aprender de los demás?
  • Reflexiona sobre qué áreas de tu vida o liderazgo necesitan más humildad y acción esta semana.
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