Bajó de su Trono
Este pasaje nos presenta una poderosa lección de humildad y liderazgo. El rey de Nínive, un líder poderoso, tuvo la valentía y la sabiduría de reconocer su error, escuchar la voz de Dios y guiar a su pueblo hacia el arrepentimiento. Para los líderes, esta actitud es crucial: saber cuándo liderar con autoridad y cuándo bajar del “trono” para aprender, reflexionar y cambiar.
Lecciones del liderazgo humilde:
- La humildad para reconocer los errores.
- El rey de Nínive no se aferró a su posición de poder. Bajó de su trono, reconociendo que él y su pueblo habían fallado.
- Como líderes, debemos estar dispuestos a aceptar que no somos perfectos y que hay momentos en los que necesitamos corrección.
- La capacidad de escuchar la voz de Dios.
- El rey escuchó el mensaje de Jonás y lo reconoció como palabra de Dios. Esto requiere sensibilidad y humildad para discernir lo que Dios está diciendo a través de otros, incluso cuando el mensaje es incómodo.
- Aplicación: Mantener un corazón abierto a la corrección divina, ya sea a través de la Escritura, otras personas o circunstancias.
- La sabiduría para guiar con cambios.
- No solo reconoció su error, sino que lideró a su pueblo hacia la acción. Llamó a un ayuno y al arrepentimiento, mostrando que el verdadero liderazgo implica dirigir hacia la corrección y restauración.
- Un líder humilde no teme hacer ajustes necesarios para el bienestar de su equipo, familia u organización.
- El balance entre autoridad y humildad.
- Liderar no significa siempre estar “en control” desde el trono. Hay momentos para tomar decisiones firmes y otros para bajar, escuchar, aprender y ser enseñable.
- Aplicación: Evaluar constantemente si estamos liderando con equilibrio entre autoridad y humildad.
Oración:
“Señor, dame la sabiduría para saber cuándo debo sentarme en el trono para liderar y cuándo debo bajarme para escuchar, aprender y hacer los cambios necesarios. No permitas que el orgullo, la terquedad o la ceguera me lleven a dañar a quienes has puesto bajo mi liderazgo. Dame un corazón humilde y enseñable.”
Piénsalo:
- ¿Cómo manejas las correcciones y los cambios en tu liderazgo?
- ¿Estás dispuesto a bajar del “trono” para escuchar la voz de Dios y aprender de los demás?
- Reflexiona sobre qué áreas de tu vida o liderazgo necesitan más humildad y acción esta semana.