Site icon Pastor Guillermo Jiménez

Consuelen

Consuelen

“Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios—. Hablen con ternura a Jerusalén y díganle que se acabaron sus días tristes y que sus pecados están perdonados.” Isaías 40:1-2 (NTV)

Vivimos en tiempos en los que las personas están cargadas de dolor, culpa y tristeza. Muchos necesitan palabras de aliento y esperanza que les recuerden que Dios es un Padre lleno de amor y misericordia. A menudo, enfrentan condenación en lugar de gracia, olvido en lugar de consuelo. Sin embargo, Dios nos llama a ser instrumentos de su paz, llevando consuelo y ternura a un mundo herido.
Cuatro cosas que debo hacer:

  1. Consuelen, consuelen a mi pueblo.
    Dios nos invita a ser portadores de su consuelo. Esto significa estar dispuestos a escuchar, animar y levantar a los demás con nuestras palabras y acciones. La repetición de “consuelen” subraya la urgencia de esta misión.
  2. Hablen con ternura.
    Las palabras que ofrecemos deben estar llenas de amor y compasión. Hablar con ternura no es solo ser amable, sino también reflejar el carácter de Dios al tratar a las personas con dignidad y respeto, recordándoles que son valiosas para Él.
  3. Díganle que se acabaron sus días tristes.
    Hay esperanza en Cristo. Nuestra misión es proclamar que el dolor no es eterno y que Dios puede transformar las lágrimas en gozo. Esta es una verdad que trae alivio y renueva el corazón.
  4. Díganle que sus pecados están perdonados.
    Una de las mayores necesidades humanas es saber que el pasado no define el futuro. Al compartir el mensaje del perdón, llevamos libertad a las personas, ayudándolas a comprender que en Cristo hay gracia, restauración y un nuevo comienzo.
“Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios—. Hablen con ternura a Jerusalén y díganle que se acabaron sus días tristes y que sus pecados están perdonados.” Isaías 40:1-2 (NTV)

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