Para bendecir nuestra casa
“Y todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.” 2 Crónicas 16:43 (RV60)
Asistir a la iglesia no es un fin en sí mismo; es un encuentro con Dios que transforma nuestras vidas y nos equipa para ser de bendición, especialmente en nuestros hogares. David entendió esto cuando, después de adorar y cumplir su propósito en el templo, regresó a su casa con la intención de bendecirla. Este acto nos recuerda que nuestra relación con Dios debe reflejarse en nuestra vida diaria, empezando por nuestra familia.
¿Por qué venir a la iglesia?
- Para adorar a Dios.
- La adoración es nuestro primer propósito al asistir a la iglesia. Es un momento para re-conectar con Dios, agradecerle y reconocer su soberanía sobre nuestra vida.
- Al adorar, nuestras fuerzas son renovadas, y nuestro corazón es preparado para recibir lo que Dios tiene para nosotros.
- Para aprender algo práctico y relevante.
- En la iglesia recibimos enseñanzas que nos ayudan a enfrentar los desafíos del día a día.
- Estas lecciones deben aplicarse en nuestro trabajo, escuela y especialmente en nuestra casa, donde nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras.
- Para regresar a casa con bendición.
- No se trata solo de lo que hacemos en el templo, sino de cómo llevamos la presencia de Dios a nuestros hogares.
- Como David, debemos regresar a casa con el propósito de bendecir a nuestra familia, mostrando con nuestras palabras y acciones lo que hemos recibido de Dios.
“Y todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.” 2 Crónicas 16:43 (RV60)
Piénsalo:
- ¿Cómo puedes aplicar lo que aprendes en la iglesia en tu hogar esta semana?
- ¿Estás bendiciendo a tu familia con tus palabras, actitudes y acciones?
- Piensa en una forma práctica de traer la presencia de Dios a tu hogar cada día.