Si hubiera hecho caso – parte 1

Si hubiera hecho caso – parte 1

“¡Ah, si solo hubieras hecho caso a mis mandatos! Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.” Isaías 48:18 (NTV)

Dios nos ha dado sus mandamientos no como una carga, sino como una guía para vivir en plenitud. Sin embargo, muchas veces, en nuestra terquedad, ignoramos sus instrucciones y experimentamos las consecuencias de nuestras decisiones. Este versículo resalta la belleza de una vida guiada por la obediencia y los beneficios que esta trae.
La vida se vuelve complicada cuando insistimos en seguir nuestro propio camino. Nos enfrentamos a conflictos innecesarios, pérdidas y frustraciones. Pero, ¿qué pasaría si simplemente obedeciéramos los mandamientos de Dios? Él promete bendiciones que todos anhelamos: paz y justicia.
Beneficios de obedecer los mandatos de Dios:

  1. Paz como un río manso.
    La obediencia a Dios trae una paz profunda y constante, como un río que fluye suavemente. Esta paz no depende de las circunstancias externas, sino de la certeza de que estamos caminando en la voluntad de Dios.
  2. Justicia que pasa como las olas del mar.
    La justicia de Dios fluye sobre nosotros cuando obedecemos. Es una justicia que protege, guía y transforma, permitiéndonos reflejar el carácter de Cristo en nuestras vidas y relaciones.
“¡Ah, si solo hubieras hecho caso a mis mandatos! Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.” Isaías 48:18 (NTV)

Piénsalo:

  • ¿Qué mandamientos de Dios estás ignorando en este momento?
  • ¿Cómo crees que tu vida cambiaría si obedecieras más a Dios?
  • Haz una lista de áreas donde puedes empezar a seguir las instrucciones de Dios esta semana.

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