El que no trabaja que no coma

EL QUE NO TRABAJA QUE NO COMA

“El trabajo trae ganancias, ¡pero el solo hablar lleva a la pobreza!” (Proverbios 14:23 NTV).

Cuando yo era un adolescente escuche a un adulto decir, “Hay gente pobre que se molesta con los ricos, pero en lugar de criticarlos deberían de preguntarse qué es lo que hacen diferente para ser ricos”.

Aún recuerdo esta frase y me gusta preguntarme qué hacen diferente los matrimonios de éxito, los excelentes estudiantes, los mejores líderes, y los pastores de éxito. En estas personas he encontrado que no son perezosos, sino que trabajan fuerte en lo que hacen.

No se puede llegar lejos sin trabajar diligentemente en aquello a lo que te dedicas. Hay gente que quiere todo en la boca, gratificación instantánea, sin dar ni hacer nada a cambio.

La Escritura dice, “Los perezosos ni siquiera cocinan la presa que han atrapado, pero los diligentes aprovechan todo lo que encuentran” (Proverbios 12:27 NTV).

Algunos quieren becas para la universidad, pero no estudian fuerte. Desean un buen hogar, pero no leen ni toman clases matrimoniales. Buscan trabajo levantándose a medio día. Dejemos la pereza a un lado y seamos personas diligentes y trabajadoras.
“El trabajo trae ganancias, ¡pero el solo hablar lleva a la pobreza!” (Proverbios 14:23 NTV).

El ocioso se vuelve chismoso y problemático pero el que trabaja diligentemente se vuelve exitoso.
“Sin embargo, oímos que algunos de ustedes llevan vidas de ocio, se niegan a trabajar y se entrometen en los asuntos de los demás. Les ordenamos a tales personas y les rogamos en el nombre del Señor Jesucristo que se tranquilicen y que trabajen para ganarse la vida” (2 Tesalonicenses 3:10-12 NTV).

El ocioso pasa hambre. El que no trabaja que tampoco coma.
“Incluso mientras estábamos con ustedes les dimos la siguiente orden: «Los que no están dispuestos a trabajar que tampoco coman” (2 Tesalonicenses 3:10 NTV).

Piénsalo:

¿En cuál área de tu vida necesitas ser más diligente?
¿Qué tienes que hacer diferente para lograr tus metas?