DEL ANONIMATO AL PALACIO
“Ahora ve y dile a mi siervo David: “Esto ha declarado el Señor de los Ejércitos Celestiales: te saqué de cuidar ovejas en los pastos y te elegí para que fueras el líder de mi pueblo Israel” (2 Samuel 7:8 NTV).
Dios sacó a David del anonimato y éste se convirtió en una persona muy conocida. Hasta el día de hoy, tres mil años después, seguimos hablando de él en estos párrafos como un rey justo, valiente, apasionado, guerrero, músico y poeta.
Así mismo Dios quiere también darte una identidad de líder. Tú y yo nacimos por deseos del Padre Celestial y no por accidente. Tú tienes un propósito específico. Quizás te sientes aburrido en esta vida cuidando ovejas, o carros, o dinero, o cosas materiales y pasajeras, y no sientes satisfacción.
El asunto es que tú fuiste hecho para relacionarte, y las relaciones son con gente, no con animales. Dios quiere usar tu vida para que seas de bendición a otras personas.
Encuentra una manera de servir en tu iglesia. Considera la idea de ser un líder o anfitrión de una Casa de Paz, pregúntate si podrías ser mentor(a) para alguien. Intégrate a uno de los tantos ministerios en tu congregación, niños, jóvenes, cámaras, música, etc. Permite que el Señor use tu vida.
Tres beneficios de permitir que Dios use tu vida.
1. Satisfacción. Dios te saca de detrás de las ovejas y comienza a hacer algo que te da satisfacción en la vida… Este pasaje de la Biblia dice: “te saqué de cuidar ovejas en los pastos…” (2 Samuel 7:8 NTV).
2. Pasas de ser un seguidor a ser un líder. La Biblia dice “te saqué de cuidar ovejas en los pastos y te elegí para que fueras el líder de mi pueblo Israel” (2 Samuel 7:8 NTV).
3. Tienes el respaldo de Dios en todo lo que haces. Pareciera que todo lo que emprendes es prosperado. Aún tus enemigos o tus críticos no pueden negar que “alguien” pareciera estar ayudándote.
Dios saca del anonimato a quienes le sirven. Dios te saca de detrás de las ovejas y te pasa de ser un don nadie a ser un líder de éxito en la vida espiritual, familiar, social y financiera. Es un proceso maravilloso que nos pule y prepara para la bendición que está en otro lado del pasto.
Piénsalo:
¿Cómo sabes que has puesto a Dios en primer lugar?
¿En cuál ministerio te gustaría servir?