Adoradores en espíritu y en verdad

ADORADORES EN ESPÍRITU Y EN VERDAD

“Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera” (Juan 4:23 NTV).

Nosotros hemos sido llamados a adorar a Dios, a vivir en reverencia, admiración, amor y rendición al Padre Celestial. En otras palabras, el adorar es un estilo de vida continua. El versículo anterior dice que existen verdaderos adoradores, lo que quiere decir que también existen los falsos adoradores. Hay personas que llegan a la iglesia, pero no llegan a adorar, sino que llegan a ver al muchacho o a la muchacha que les gusta, pero no a ver a Dios.

La realidad es que hay muchos obstáculos que no nos permiten adorar al Señor en espíritu y en verdad y mientras estemos en este mundo continuarán las distracciones, pero cuando tú tienes la revelación de que Dios es tu Creador, cuando has logrado ver su rostro en la intimidad, no hay nada, ni nadie que pueda distraerte.

Hay una guerra entre dioses que quieren robar nuestra adoración hacia el único y verdadero Dios. ¿A qué me refiero cuando digo dioses? Me refiero a cosas, situaciones, personas, problemas, proyectos, etc. que quieren tomar el primer lugar de Dios en nuestra mente y corazón. Esta es una guerra diaria, siempre habrá algo que quiera robar nuestra atención del Señor, sin embargo, debemos mantener nuestra mirada puesta en Dios, quien es eterno.

Hoy en día hay obstáculos como el materialismo, que causa que algunos solamente pasemos la vida trabajando y trabajando sin descansar porque estamos afanados con hacer dinero. Otros luchan con el obstáculo de la falta de perdón, tienen una raíz de amargura en ellos que no les permite adorar al Padre en espíritu y en verdad. Por último, las preocupaciones excesivas son un obstáculo grandísimo en nuestra época actual. De todo nos preocupamos y muchas veces estamos en la iglesia, pero no estamos, porque nuestra mente está pensando en algún problema pasajero cuando nuestro Dios eterno tiene la solución.

Así como había mencionado en el principio, el adorar es rendirnos ante Dios día tras día. Es vivir dependiendo de Él y no independiente de Él. Es poner nuestra vida a sus pies y a su servicio. Es tener una relación verdadera con Él de Padre e hijo. Cuando adoras en verdad, no tienes que preocuparte por buscar de Dios porque Él te encuentra. Él te está buscando, sólo adóralo con sinceridad.

“Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera” (Juan 4:23 NTV).

Piénsalo:

¿Cuáles son los obstáculos que no te han permitido adorar a Dios en espíritu y en verdad?
¿Sientes como que buscas y buscas a Dios, pero no lo encuentras? Entonces, ¿cómo crees que puedes adóralo para que por fin Él te encuentre a ti?