CELEBRA LO BUENO
Este versículo habla de crear tiempos de celebraciones, específicamente para celebrar las victorias que hemos tenido en la vida.
La gente muchas veces se recuerda con mucho énfasis de las fechas en que les sucedió algún evento malo o algo que les causa dolor. Cuando perdieron un empleo, cuando los cortó la novia, cuando el perrito se les perdió, cuando hicieron un mal negocio, cuando un padre los abandonó o cuando un policía los humilló.
Por lo tanto, debemos de entrenarnos a pensar más en las victorias que las derrotas; necesitamos recordar de manera constante las cosas buenas que Dios ha hecho con nosotros, los momentos que Él intervino y nos ayudó en una situación, el día que graduamos de un curso, el hecho de que tienes una familia biológica o espiritual, las buenas amistades que tienes en tu iglesia, los hermosos servicios que tienes cada domingo en tu hermoso templo y mucho más.
Recuerda todo lo bueno que pueda haber en tu vida y celebra, luego celebra, y vuelve a celebrar. Vive con un corazón agradecido, con una mente positiva y con tus ojos puesto en Dios. Siempre habrá injusticias, problemas, circunstancias difíciles, catástrofes que no podemos controlar y gente difícil, sin embargo, nosotros decidimos encerrarnos en nuestro propio dolor o abrirnos aún más a fin de aprender de nuestros errores y celebrar las oportunidades de aprendizaje.
Toma unos minutos cada mañana al despertar, antes de hacer cualquier cosa, y comienza a dar gracias por todas las cosas buenas que puedas pensar, después verás como tu cerebro hará que te sientas mejor y así podrás tener un mejor día.
Piénsalo:
¿Cuáles cosas buenas puedes celebrar en este día?
¿Qué oportunidad de aprendizaje te está otorgando Dios hoy?
