Cuídese de los amigos “sabelotodo”

CUÍDESE DE LOS AMIGOS “SABELOTODO”

Después Absalón se volvió a Ahitofel y le preguntó: — ¿qué debo hacer ahora? —Ve y acuéstate con las concubinas de tu padre —contestó Ahitofel—, porque él las dejó aquí para que cuidaran el palacio. Entonces todo Israel sabrá que has insultado a tu padre más allá de toda esperanza de reconciliación”.  2 Samuel 16:2

Debemos tener cuidado de a quien le pedimos un consejo y con quien nos relacionamos. Absalón cometió un gran error al pedir consejo a una persona que no temía a Dios y tenia cuidado por las consecuencias. Ese consejo lo llevó a impedir cualquier oportunidad de reconciliarse con su padre David y con el pueblo de Dios.

Hay personas que no son buenas compañías y que nos pueden llevar a pecar de tal forma que corremos el riesgo de que nuestro pecado insulte a Dios más allá de toda esperanza de reconciliación.

Recuerdo que cuando estaba en la  escuela había dos grupos de personas, un grupo de amigos cuya pasión era la diversión, las travesuras, salirse de las  clases  perdiendo el tiempo, “vivir el momento”, etcétera;  y había otro grupo (que curiosamente era más pequeño), el de aquellos que vivían  más allá del momento, deseaban cambiar el rumbo de sus vidas, estudiaban fuerte porque veían un futuro diferente, leían mientras otros iban al cine, hacían la tarea mientras otros se divertían, trabajaban para salir de la pobreza mientras otros se relajaban viendo en la televisión, Yo tuve la opción de decidir con quién asociarme, todos serían mis conocidos pero los segundos serían mis amigos.

Si pides un consejo pídeselo a alguien que sabes que teme a Dios.
A alguien que no siempre te va decir lo que quieres escuchar, sino que te guiará a hacer lo correcto y a buscar estar en paz las personas y con Dios.

Piénsalo:

¿A quién acudes cuando necesitas un consejo?
¿Son tus amistades o confidentes personas sabias y temerosas de Dios?
¿Alguna vez has pedido un consejo que al tomarlo a afectado tu vida?