LA HUMILDAD
La humildad no es ser alguien que piensa menos de uno mismo, sino ser alguien que piensa menos en uno mismo. Esta en nuestra naturaleza pecaminosa satisfacer nuestro ego y buscar lo que nos beneficia en lugar de lo que es mejor para los demás o lo que le agrada a Dios.
Unas de las cosas que Dios más odia son los ojos arrogantes. La Biblia dice:
El orgullo es el único espíritu que Dios mismo dice en Su Palabra que Él resiste. Dios pelea contra el espíritu de arrogancia porque va contra Su carácter de humildad. La Biblia dice que Él se opone al orgulloso, pero da gracia al humilde (Santiago 4:6 NTV).
Por lo tanto, la humildad solamente la podemos desarrollar con la ayuda del Espíritu Santo, porque la humildad es un fruto del Espíritu de Dios. “En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad,humildad y control propio” (Gálatas 5:22-23 NTV).
La humildad nos lleva a depender de Dios y a no ser autosuficientes. La humildad nos lleva a tener una intimidad con el Padre Celestial y a entender que no podemos vivir esta vida sin Él. Nuestra confianza no debe de estar en nuestras fuerzas ni en nuestra sabiduría humana, sino en la fuerza de nuestro Señor.
La Palabra dice que Dios:
Hoy en fe para tu día te exhorto a que desarrolles una intimidad genuina con Dios y que le pidas al Espíritu Santo que te ayude a ser humilde para que siempre tengas Su respaldo en todo lo que hagas.
Piénsalo:
¿En qué o quién dependes todos los días?
¿Cómo puedes empezar a desarrollar la humildad?