EL LÍDER AMA A LAS PERSONAS
Los líderes debemos tener a las personas cerca del corazón. Ser líder es un privilegio.
Los líderes debemos tener motivaciones correctas en nuestro corazón. Debemos amar lo que hacemos, pero también debemos amar aquellas personas para quien lo hacemos.
No debemos buscar nuestra propia gloria sino el beneficio de las personas.
Ser líder en el trabajo, escuela o iglesia es un privilegio, pero no es para ser servidos, sino para servir a otros.
Siempre valora a las personas por encima de las cosas y títulos. Siempre llevemos cerca del corazón a las personas y reflejemos a Cristo en lo que hacemos.
Piénsalo:
¿A quiénes el Señor te ha dado el privilegio de liderar? ¿Por qué haces lo que haces en ese privilegio? ¿Si se te quitara “el título” seguirías sirviendo de la misma manera a las personas?