SOMOS LA SAL
“La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿Cómo la harán salada de nuevo? Entre ustedes deben tener las cualidades de la sal y vivir en paz unos con otros”
(Marcos 9:50 NTV).
La sal sirve para preservar la comida por mucho tiempo.
La sal sirve para dar sabor a los alimentos.
Nosotros somos también como la sal en este mundo porque ayudamos a preservar los valores bíblicos, para que el mundo no se vuelva despiadado y gobernado solamente por las fuerzas del infierno, la violencia, el odio, la amargura, etc.
La Iglesia somos instrumentos en las manos de Dios para traer paz a nuestras ciudades.
“Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad donde los envié al destierro. Pidan al Señor por la ciudad, porque del bienestar de la ciudad dependerá el bienestar de ustedes”
(Jeremías 29:7NTV).
“La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿cómo la harán salada de nuevo? Entre ustedes deben tener las cualidades de la sal y vivir en paz unos con otros”. (Marcos 9:50 NTV).
Piénsalo:
¿Qué podrías hacer esta semana para llevar paz y bendición a una familia necesitada de Dios?
¿Qué situación en tu vida te ha hecho que comiences a perder tu sabor?
¿Qué vas a hacer para recuperar ese sabor y poder comenzar a cumplir el propósito de Dios en tu vida?