¿Servicio o desperdicio?

¿SERVICIO O DESPERDICIO?

… Ella abrió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.
Algunos que estaban a la mesa se indignaron. «¿Por qué desperdiciar un perfume tan costoso? —preguntaron— (Marcos 14:3-4 NTV).

Siempre hay gente que malinterpreta el servicio, como desperdicio.

Siempre habrá gente mediocre que cuestiona la excelencia, que no sueña en grande, que no quiere esforzarse mucho, ni perder su comodidad; personas que limitan su servicio a Dios, que siempre dan lo que les sobra de tiempo -los desperdicios- que sólo sirven a Dios cuando son presionados por la culpa, que no tienen sueños grandes, que no les gusta alterar su rutina.

Estos son los que no alcanzan cosas grandes, pasan fácilmente al olvido; pero hay otros que pasan a la historia.

Por otro lado, también habrá gente que da lo mejor de sí, dispuesta a ir la milla extra, dispuesta hacer cosas grandes, a hacer sacrificios que otros no quieren hacer, a salir de su comodidad, a servir cuando otros prefieren descansar, a desgastarse cuando otros se rascan la pancita, a dar su tiempo extravagantemente, sus recursos, sus fuerzas, y sus oraciones. Estos son también los que recibirán recompensas, los que pasan al salón de la fe, y quedan plasmados en la historia de la humanidad.

«Ella hizo lo que pudo y ungió mi cuerpo en preparación para el entierro. Les digo la verdad, en cualquier lugar del mundo donde se predique la Buena Noticia, se recordará y se hablará de lo que hizo esta mujer» (Marcos 14:8-9 NTV).

Piénsalo:

¿Se recordará lo que hiciste? ¿Lo que hagas, quieres que sea servicio
o desperdicio? ¿Qué líneas tienes que cruzar para alcanzar cosas grandes?