LO MÁS IMPORTANTE PARA DIOS
»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16 NTV).
1. CUIDEMOS Y DISCIPULEMOS A LOS NUEVOS EN LA IGLESIA. No sólo es ganar almas, sino discipularlas. Enseñarles la Palabra de Dios, llevarlos a un retiro, a la escuela del éxito para que formen carácter, ayudarlos a encontrar su propósito en Cristo.
“Cuiden del rebaño que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que puedan obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios” (1 Pedro 5:2 NTV).
2. SANTIFIQUEMOS A LOS VETERANOS DE LA IGLESIA. Es responsabilidad de cada uno mantener su casa llena (templo del Espíritu Santo), buscando en oración la Presencia de Dios, leer su palabra diariamente, sirviendo, y viviendo en el temor a Dios.»Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero no lo encuentra. Entonces dice:
“Volveré a la persona de la cual salí”. De modo que regresa y encuentra su antigua casa vacía, barrida y en orden”. Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes. Eso es lo que le ocurrirá a esta generación maligna. (Mateo 12:43-45 NTV).
3. PREDIQUEMOS A LOS QUE TODAVÍA NO ESTÁN EN LA IGLESIA. Dios está siendo paciente con nosotros para que vayamos a ganar esas almas sin Cristo. Necesitamos ser la boca de Jesús, prestarle nuestro cuerpo para ayudarle a despoblar el infierno.
“No es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido, quiere que todos se arrepientan”.(2 Pedro 3:9 NTV)
Piénsalo:
¿Hace cuánto no te ganas a un alma para Cristo? ¿A quién vas a invitar esta semana a la Iglesia? ¿Qué persona nueva vas a comenzar a discipular como alguien lo hizo contigo? ¿Conoces de algún hermano en Cristo que se anda descarrilando a quien puedas exhortar con amor y con la palabra de Dios? ¿Cómo has mantenido tu casa?