LLORA PARA DESAHOGARTE
Entonces José se apresuró a salir de la habitación porque la emoción de ver a su hermano lo había vencido. Entró en su cuarto privado, donde perdió el control y se echó a llorar. Después de lavarse la cara, volvió a salir, ya más controlado. Entonces ordenó: «Traigan la comida». (Génesis 43:30-31 NTV)
En la vida vamos a tener dificultades y vamos a sufrir heridas emocionales. ¿Qué debemos hacer? ¿Es correcto llorar o no?
Retener las lágrimas puede ser un error, pero pasársela llorando todo el tiempo sin resolver las cosas también es un error.
Negar nuestro dolor y aguantar las lágrimas solamente aumenta la angustia, el estrés, la presión arterial y nos convierte en personas tóxicas. Por otro lado, quedarnos llorando todo el tiempo nos paraliza, nos roba la felicidad, dejamos de alcanzar los sueños y metas que un día teníamos.
Solución: Primero, nos damos el permiso de llorar cuando el dolor es demasiado, pero luego nos controlamos para actuar.
Jesús también lloró, pero luego se controló para resucitar a Lázaro. (Juan 11:35)
José lloró, pero luego se controló para bendecir a sus hermanos.
Lávate las lágrimas, contrólate, levántate, y sigue adelante cumpliendo el propósito de Dios para tu vida.
Entonces José se apresuró a salir de la habitación porque la emoción de ver a su hermano lo había vencido. Entró en su cuarto privado, donde perdió el control y se echó a llorar. Después de lavarse la cara, volvió a salir, ya más controlado. Entonces ordenó: «Traigan la comida». (Génesis 43:30-31 NTV)
Piénsalo:
¿Cuál de estos dos casos no te ha dejado avanzar, ni ser feliz?
¿Qué situación difícil estás pasando por lo cual has retenido tus lágrimas? ¿Crees que te ayudaría llorar un poco? O ¿Será que ya lloraste demasiado y es el tiempo de secarte las lágrimas, controlarte y seguir avanzando para cumplir los sueños de Dios para tu vida?