Haz lo que acabas de decir

HAZ LO QUE ACABAS DE DECIR

 

Entonces Elías le dijo: —¡No tengas miedo! Sigue adelante y haz exactamente lo que acabas de decir, pero primero cocina un poco de pan para mí. Luego, con lo que te sobre, prepara la comida para ti y tu hijo. (1 Reyes 17:13 NTV)

 

Yo me imagino que está viuda pobre estaba orando a Dios por ayuda porque se había quedado sin recursos y de repente Dios le mandó un profeta con la ayuda.

Aquí vemos tres cosas que la mujer tuvo que hacer antes de ver manifestada la respuesta de Dios a sus oraciones. Hay pasos que tomar antes de ver un milagro en nuestras vidas:

  1. No tengas miedo.

Entonces Elías le dijo: —¡No tengas miedo!… (1 Reyes 17:13 NTV)

El temor nos paraliza, anula nuestra fe, nos estorba y nos evita ver sueños impactantes y lograr grandes proyectos. El antídoto del temor está en 2 Tim. 1:7


  1. Sigue adelante
    . (acción, persistencia)

Entonces Elías le dijo: —¡No tengas miedo! Sigue adelante y…. (1 Reyes 17:13 NTV)

Una vez que sabemos que la visión es de Dios, entonces controlamos el temor y caminamos por fe, seguimos adelante y persistimos en el proyecto que Dios nos ha dado.

  1. Actúa. Haz lo que dices que harás.

Entonces Elías le dijo: —¡No tengas miedo! Sigue adelante y haz exactamente lo que acabas de decir, pero… (1 Reyes 17:13 NTV)

Hay que activar la fe con las acciones. Algunas personas sólo tienen buenos deseos y hablan bonito de lo que piensan hacer, pero no implementan lo que saben que deben hacer para tener éxito.

Las personas que tienen éxito no retardan lo que deben hacer. No dicen: “Para la otra semana comienzo a aprender inglés; para el otro mes comienzo a asistir a mi iglesia o a una casa de paz”. La Fe es activada con la acción.

La viuda hizo estas tres cosas que el profeta le había dicho, y el milagro sucedió. En vez de morirse de hambre con su hijo, vivieron con abundancia por largo tiempo.

 

Así que ella hizo lo que Elías le dijo, y ella, su familia y Elías comieron durante muchos días. (1 Reyes 17:15 NTV)

 

Piénsalo:

¿Qué milagro estás esperando de parte de Dios?

¿Qué habías dejado de hacer o de soñar por causa del temor? ¿Qué paso necesitas dar para continuar hasta ver el milagro?