¿EN QUE ESTAMOS DANDO TODAS NUESTRAS FUERZAS?
Nunca antes hubo un rey como Josías, que se volviera al Señor con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, obedeciendo todas las leyes de Moisés. Desde entonces nunca más hubo un rey como él. (2 Reyes 23:25 NTV)
Cuando ponemos nuestro corazón, alma y fuerzas en algo o en alguien, entonces eso dirigirá nuestras decisiones en la vida. Comenzamos a vivir apasionadamente. Entregamos nuestro ser y tiempo con pasión a ese algo o ese alguien.
Las personas hoy día tenemos las tentaciones comunes de entregar nuestro corazón y fuerzas a cuestiones como el materialismo, la fama, el poder, la moda, el amor, al dinero y otras cosas que a muchos les apasionan, al punto que descuidan todo lo demás en la vida.
No importa la familia, no importan los valores como la integridad, el respeto mutuo, la cortesía, humildad, servicio, ni las relaciones saludables. Todo sale volando por la ventana cuando la persona tiene una obsesión tóxica.
Por otro lado, hay un grupo de personas en el mundo que deciden invertir su corazón y fuerzas más constructivamente.
Josías se apasionó por Dios y el resultado fue que decidió obedecer todas las instrucciones escritas por Dios como ningún rey antes o después de él. Quedó en la historia como un líder que marcó una gran diferencia en el mundo. Un líder que benefició toda una nación y que hizo volver a Dios a toda una generación.
Nunca antes hubo un rey como Josías, que se volviera al Señor con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, obedeciendo todas las leyes de Moisés. Desde entonces nunca más hubo un rey como él. (2 Reyes 23:25 NTV)
Piénsalo:
¿Qué estás haciendo con todo tu corazón y con todas tus fuerzas?
¿Beneficias o afectas a otros con lo que haces apasionadamente?
¿Qué se dirá de ti cuando ya no estés en este mundo?