SE PERMITE QUEJARSE
En todas partes me odian. No soy un acreedor que pretende cobrar,
ni un deudor que se niega a pagar; aun así, todos me maldicen. (Jeremías 15:10 NTV)
Jeremías se quejó.
Muchas veces procuramos tratar de vivir con integridad, haciendo el bien y siendo justos, pero aun así nos vienen problemas, por lo que causa que:
1. En ocasiones nos sintamos hastiados de tantos problemas que tenemos que resolver continuamente y nos podemos ver tentados a quejarnos con Dios.
La buena noticia es que Dios no se enoja por eso, no somos los únicos que nos hemos sentido así y quejado, de hecho, si el gran profeta Jeremías lo hizo, creo que nos da permiso para desahogarnos con Dios.
2. La respuesta de Dios fue de ánimo para su cansado profeta y así mismo nos fortalece a ti y a mi hoy día.
3. Confianza. Jeremías nunca perdió su confianza en Dios. Más bien, le dijo algo así: “Señor tú sabes lo que haces y yo confío en ti, solo dame vida para seguir predicando tu Palabra”.
Piénsalo:
¿Te has sentido agobiado porque te esfuerzas por hacer lo bueno y te vienen problemas?
¿Has tenido ganas de quejarte con Dios por los problemas?
¿De qué manera crees que te ayudará el desahogarte con Dios?