DEPENDE CON QUIÉN HABLAS…
Clama a mí…
No debemos clamar a los hombres, pues estos tienen limitaciones, sino a Dios que todo lo puede y todo lo sabe sobre nuestra vida.
La ayuda a largo plazo no la encontramos en un conferencista experto en temas de autoayuda que nos motiva temporalmente, sino en Dios, quien provee una esperanza eterna.
y yo te responderé…
Si llamas por teléfono al 911 te responderá una operadora preguntándote que tipo de servicio necesitas, pero si clamas a Dios, Él mismo te responderá sabiendo de antemano lo que necesitas porque Él lo conoce todo, incluyendo el dolor que ahora podrías estar pasando.
y te enseñaré…
Dios se asegurará que tú y yo aprendamos algo en medio del sufrimiento: Que le saquemos provecho a las dificultades.
Cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jer. 33:3)
Hay cosas grandes que Dios tiene en mente para ti, y aunque no las alcanzas a ver todavía, Él te las mostrará cuando clames a Él, cuando pongas tu confianza en Él, cuando dediques un tiempo diario para platicar con Él.
Piénsalo:
¿A quién has clamado por ayuda en momentos de dificultad?
¿Qué enseñanza te ha dado Dios después de clamar a Él?
¿En qué situaciones en el pasado después de clamar a Dios viste Su respuesta obrando?